Washington, 26 sep (Prensa Latina) Los demócratas en el Congreso de Estados Unidos tienen en juego el avance del proyecto de Gobierno del presidente Joe Biden con la aprobación del plan de infraestructura que amenaza con hacer agua, señalan hoy analistas.
La lucha por el gasto de los demócratas tiene mucho en juego para sus candidatos, sostiene este domingo un análisis que publicó el diario The Hill.
Si los moderados y los progresistas no llegan a un acuerdo, los republicanos atacarán su competencia, lo que tendrá consecuencias ya sea en noviembre en Virginia o en las elecciones legislativas del próximo año.
En Virginia el candidato azul a la gobernación, Terry McAuliffe, recibiría un espaldarazo si su partido logra la aprobación de la propuesta de 1,2 billones del plan de infraestructura que hace semanas es negociada en la Cámara de Representantes.
Planteó The Hill que con los índices de aprobación del presidente Biden cayendo por debajo del 50 por ciento después del tramo más difícil de su joven administración, impulsar su ambiciosa agenda legislativa adquiere una nueva urgencia para los legisladores demócratas.
Reconociendo que la popularidad de un presidente es el mejor indicador de cómo le irá a su partido en las elecciones de mitad de mandato, los azules se enfrentan a una dura perspectiva: si Biden no tiene éxito en los pasillos del Congreso este otoño, podría condenar a las mayorías de su agrupación política en las urnas el próximo otoño, valoró el diario.
Las divisiones entre moderados y liberales en la tolda azul sobre el contenido, el precio e incluso el calendario legislativo de las dos prioridades de Biden, un proyecto de ley bipartidista de obras públicas y una legislación más amplia de bienestar social, podrían seguir socavando las propuestas.
La única manera de que Biden pueda recuperarse políticamente -y de que el partido pueda mantener su tenue control del poder en el Capitolio- es si él y ellos son capaces de presentar logros tangibles a los votantes.
La votación ya está en marcha en la carrera por la gobernación de Virginia, y a cinco semanas del día de las elecciones, la carrera entre el exgobernador McAuliffe, un demócrata, y el ejecutivo de negocios Glenn Youngkin se cerró, en parte debido a la caída de Biden en las encuestas.
McAuliffe está ansioso por que los demócratas de la Cámara de Representantes aprueben el proyecto de ley de infraestructura de 1,2 billones de dólares, que fue adoptado por el Senado con 69 votos este verano, para tomar un nuevo aire.
El dilema en el Capitolio es que los liberales prometen rechazar la legislación de infraestructuras hasta que se vote la ley de bienestar social más amplia y que en la actualidad está en el aire.
Para la Casa Blanca la situación es muy tensa pues al interior los demócratas están enfrentados y Biden reconoce que no puede alterar a ninguna de las tendencias cuando solo cuenta con 50 demócratas en el Senado y una mayoría de tres escaños en la Cámara de Representantes.
Los demócratas de la Cámara Baja prevén votar mañana lunes sobre el proyecto de ley de infraestructura y su plan de red de seguridad social pero, aun hoy, reina la incertidumbre.